El polideportivo se implanta independiente de las alineaciones o directrices marcadas por los edificios que delimitan el área. Más bien se asemeja a ellos, en cuanto a su implantación en el lugar. Parte de la misma plaza o vacío urbano generado frente al Ayuntamiento para adentrarse en lo que será la nueva zona deportiva, creando dos nuevas calles tangenciales al mismo, que dirigirán a los transeúntes hacia las futuras pistas polideportivas y al nuevo paseo fluvial.
La pieza de hormigón que aloja el gran espacio polideportivo, se retrasa de límite con la plaza cubriéndose con un gran plano que se dobla y vuela sobre una de las paredes del frontón, formando una visera que cubrirá el rocódromo.
El elemento de madera y de menor escala, alberga los vestuarios y salas polivalentes y galería de espectadores. Abraza al gran volumen de hormigón suavizando su escala y dialogando así, como una pieza más, con el Ayuntamiento, las casas solariegas y el resto de edificios que conforman la plaza.
La pieza de que alberga los servicios junto con la galería de espectadores, crea un vuelo en planta baja que a modo de pórtico protege y simboliza la entrada al edificio y permite recorrer a cubierto los distintos accesos al mismo.