El nuevo edificio es una poderosa pieza de proporciones alargadas (70 x 12 metros) que domina el paisaje desde lo alto del municipio de Górliz y que mira hacia el mar Cantábrico.
Se trata de un volumen de tres plantas que se adosa al límite sur-oeste del solar con dos intenciones: liberar la máxima superficie destinada a patio exterior de juegos y lograr un acceso directo al mismo desde las aulas.
El edificio se organiza a lo largo de una galería longitudinal de circulaciones a la que vuelcan las distintas aulas y que a su vez mira hacia el patio de juegos. Este eje culmina, atravesando un vestíbulo de triple altura iluminado por un lucernario, en las aulas más importantes, las de psicomotricidad. Estas aulas se caracterizan por convertirse en miradores hacia la Bahía de Górliz.
Las dos plantas superiores destinadas a aulas son gemelas de uso y conforman un volumen revestido de ladrillo cara vista blanco. Este volumen se apoya en otro de hormigón visto destinado a usos comunes y administración. Un volumen vuela sobre el otro en un gesto que pone en evidencia el paisaje.
Un espacio semienterrado y un porche acristalado hacia el paisaje conectan el nuevo edificio con el existente. Esta pieza conforma un espacio de plaza de acceso al vestíbulo del nuevo edificio donde se conserva una gran encina preexistente.